17/9/07

Te ofrecemos la posibilidad de realizar:


· Desarrollo personal y apoyo emocional.

La expresión de lo que sentimos ante un observador externo es fundamental para resolución de los conflictos.


Y los siguientes talleres:


· Antiestrés y ansiedad

¿Qué es el estrés? ¿Por qué se produce? ¿Cómo reducirlo? ¿Cómo evitarlo?...


· Relajación

Diversas técnicas para poder aplicar en cualquier momento y lugar.


· Visualización y Meditación

Ayuda a desarrollar la creatividad, a cuidar la salud mental y física.


· Autoestima

¿Cómo valorarse y amarse a uno mismo?


· Autoconocimiento

¿Qué siento? ¿Qué quiero? ¿Hacia dónde me dirijo?


· Desarrollo del perdón

¿Cómo encontrar serenidad?


· Del “no puedo” al “puedo”

Superación de mis limitaciones. Superación personal.


· Orientación para desarrollar mi proyecto personal y profesional

Definición, planificación y puesta en acción de mis proyectos.






¿En qué consiste el Apoyo Emocional?

El Apoyo Emocional se sirve de un conjunto de técnicas, como la Terapia Gestalt o la Psicología Humanista… para crear un espacio de escucha, seguridad y apoyo en el que las personas puedan expresarse libremente.

Su principal objetivo es acompañar a las personas a encontrar herramientas en ellas mismas con las que poder superar las diversas dificultades que se presentan en la vida: situaciones de estrés y ansiedad, falta de autoestima, autocontrol, superación de pérdidas afectivas, problemas familiares o de pareja, etc.

A través de la empatía y de la creación de un espacio de apoyo en el que la persona pueda escucharse a sí misma se produce el reconocimiento de sus potenciales y limitaciones. Así, puede verse de una forma holística, global, y comprender sus mecanismos y funcionamientos internos. Y de esta forma aceptarse y amarse tal y como es.


¿A quién va dirigido?


El Apoyo Emocional va dirigido a cualquier persona que esté interesada en realizar una mirada interior y recuperar la paz, la alegría y el equilibrio emocional en su vida.




¿Quiénes somos?


Un grupo de profesionales de diferentes áreas dedicados al
apoyo y al acompañamiento de las personas que deseen mejorar su calidad de vida.
Nos encontramos en la ciudad de Madrid (España).

Para más información contactar con:

Tlfn: 699 52 29 53

E-mail: apoyoemocion@gmail.com





Reflexiones


Lo femenino y lo masculino”


Para ganarse el corazón indómito e instintivo de una mujer, el hombre tiene que comprender al máximo la doble naturaleza de ésta.

En cada mujer anidan dos fuerzas misteriosas, fuerzas femeninas muy poderosas; una que vive en el mundo exterior, a la luz del día y fácilmente observable, y otra que vive en otro mundo, difícilmente observable, que emerge desde el interior, desapareciendo rápidamente para dejar a su espalda una sensación de algo sorprendente, singular, sabio.

La paradoja de la doble naturaleza de las mujeres consiste en que cuando una es sentimentalmente más fría, la otra es más ardiente o apasionada. Una de ellas puede mostrarse más feliz y elástica, mientras que la otra puede estar anhelando… no sé qué.

Estas dos mujeres se enriquecen y se combinan permanentemente en la psique de maneras distintas. Si una de las dos gemelas languidece o muere, la otra también lo hará. Y con ello, se perderá esa especial aportación espiritual, que las mujeres, cuando están en equilibrio, aportan a la comunidad.

Cuando la mujer reconoce y asume los dos aspectos de su psique, y los percibe como una unidad, sin desanimarse, sin descuidarse, sin enjuiciarse, cada una de las dos facetas se alimentan por igual.

La mujer, y lo femenino en ella, se vuelven misteriosamente poderosas y llenas de autoridad interna. Cuando estas dos facetas se muestran en su doble naturaleza, se mantienen juntas en la conciencia, ejercen un enorme poder y no se pueden quebrar.

Igualmente, el hombre posee una doble naturaleza; el que tiene la capacidad de acercarse a la mujer agudizando el oído, aprende a desechar las seducciones superficiales y a conservar los conocimientos más importantes. Así, el hombre racional, humano, afectuoso e instintivo a la vez, además de poseer un fino oído, es dueño de una tenacidad que lo lleva al interior de sus paredes a buscar, perseguir y recuperar, también de él, sus ideas más valiosas y creativas.

Así, el hombre, lo masculino de él, desea tocar esta extremadamente ubicua pero misteriosa combinación de la vida espiritual de la mujer, lo femenino. Y al mismo tiempo, mantenerse en su soberanía propia, puesto que él es también indómito, instintivo y afectivo, percibe el eco de la mujer salvaje, en el sentido de no reprimida o culturizada, y se siente atraído por ella.

Las mujeres ansían a menudo encontrar un compañero que tenga la paciencia y el ingenio necesarios para comprender su verdadera naturaleza, que es profunda.

Cuando la mujer encuentra un compañero de este tipo, lo hace objeto de su lealtad y de su amor. Pero para que esto ocurra con éxito, tanto lo masculino como lo femenino, han de convivir en sagrado matrimonio interior en cada uno de los dos: el hombre y la mujer.

Así, una mente sana somete a prueba todos los nuevos elementos que piden permiso para incorporarse a ella. La psique posee una integridad cuya protección exige un proceso de selección.

Por ello, una psique sana, poseedora de un paternal vigilante, no acepta sin más cualquier viejo pensamiento, actitud o persona; Sólo acepta los que poseen capacidad de percepción conciente o se esfuerzan por alcanzarla.

Es el vigía interno que nos dice "espera hasta que estés convencido, convencida, de que te interesa realmente conocer tu verdadera esencia y la verdadera esencia del otro, espera el momento".

Si eres hombre, no podrás comprender los misterios de las mujeres con sólo pedirlo, primero tienes que esforzarte por conocerte a ti mismo y tu doble naturaleza.

Tienes que estar dispuesto a entregarte por entero, tienes que imaginarte cada vez más cerca de la auténtica verdad espiritual de lo femenino en este rompecabezas de la relación hombre-mujer, femenino-masculino, que requiere el descenso a ti mismo y al descubrimiento de tu propio enigma como hombre-ser-humano.

Y si eres una mujer, te sucede exactamente lo mismo.


M.L.



LA CONFIANZA


La confianza, desde un punto de vista realista, requiere que aprendan a moverse en una ancha franja del mundo ajeno y actual, porque confiar por sistema en todos y en todo es cuando menos insensato, y no confiar en nadie ni en nada es además de una neurótica torpeza, signo patente de debilidad interior.

La confianza nace del interior, por ello nunca proviene de tener todas las respuestas sino de estar abierto a todas la preguntas.

La confianza es pieza fundamental de las relaciones de cooperación mutua y constituye en aspecto clave en sus vidas.

La confianza es el convencimiento de que van alcanzando el desarrollo de sus propias capacidades y cualidades. Se asienta en ustedes a medida que constatan su aptitud en las tareas que realizan, al mismo tiempo que logran la habilidad para mantener relaciones de calidad y colaboración con los demás.

La confianza es un sentimiento de certidumbre que se genera en su interior y de cuyo desarrollo son ustedes los únicos responsables. Para ello deben tener paciencia, darse tiempo, cuidar las formas, evaluar y valorar desde el análisis cada una de sus acciones, con el fin de constatar sus capacidades y reconocer naturalmente sus limitaciones.

Cuando no gozan de confianza en ustedes mismos, postergan sus decisiones, dan largas a los asuntos pendientes y van dejando cosas sin hacer o sin terminar por el camino, lo que les produce bloqueos por una inadecuada canalización de la energía.

Al ser tan necesario que sea verdadera, la confianza no puede ser ciega sino que ha de estar sustentada en el conocimiento personal. Un conocimiento totalmente honesto sobre verdaderas posibilidades y sus limitaciones. La falta de confianza provoca que se asuman imprudentemente o no se asuman los riesgos y dificultades del acontecer cotidiano y esto les impide aprender, experimentar y en definitiva vivir día a día asumiendo con serenidad las circunstancias que se les presentan.

Para potenciar la confianza en ustedes les sugiero contemplen los siguientes indicadores:

  • Conocerse en todo lo posible y de una forma continuada y honesta teniendo en cuenta que van experimentando cambios permanentemente.
  • Vivir activos: opinando, eligiendo, escogiendo y significándose a ustedes mismos.
  • Valorar y reconocer sus capacidades y cualidades.
  • Constatar sus limitaciones, para ser en todo momento realistas.
  • Afrontar riesgos y retos con prudencia y sensatez.
  • Iniciar y mantener relaciones de calidad, donde la comunicación sea abierta, positiva, sincera y constante.
  • Dejar de lado el controlo y la tensión continuas.
  • Mostrarse ustedes mismos tal y como son, sin máscaras ni escudos. Esto no es en absoluto necesario cuando la confianza en ustedes mismos esta enraizada y es auténtica.

Y finalmente es imprescindible que en sus relaciones con los demás seleccionen, y cuiden a las personas que les rodean como algo muy importante y cuando se encuentren con quienes minan su confianza y por ende su autoestima, tengan el valor y la inteligencia suficientes para apartarse de sus vidas.

Así el desarrollo maduro de la confianza propia, se convierte en un ejercicio necesario para mantener relaciones de cooperación, fraternales, solidarias, amorosas, cómodas, serenas y hasta compasivas.

Confiar es abrir la puerta para que puedan hacer el camino de sus vidas hacia la evolución.

M.L.



LA PAZ Y EL AMOR


La paz es un anuncio. Porque siempre es un anuncio. En la Tierra decir la paz, es un tesoro.

Afirmar la paz es el camino. Todos los demás caminos son ilusorios, y de un modo u otro conducen al sufrimiento. Hay por lo menos dos clases de sufrimiento; el sufrimiento útil y el sufrimiento inútil.

Así que el sentido del sufrimiento es sólo porque ustedes lo toman, no lo evitan, no lo evaden, no lo reprimen, no lo niegan, lo toman y arrojan luz sobre él.

Todo está en su interior. Y está al mismo tiempo.

Cuando están muy ignorantes de ustedes mismos, sufren más. Necesitan más obstáculos, más experiencias de dolor, más contrastes dolorosos.

Si ustedes toman ese dolor como si fuera un niño que tienen en sus brazos y lo acunan con amor y analizan lo que está pasando en ese dolor… ¿cómo es que están sufriendo? Entonces, la luz de la conciencia se vuelve clara y esa conciencia, esa luz, disipa el sufrimiento, lo transforma, lo transmuta en sabiduría interior.

Por cierto, la sabiduría no es la acumulación de conocimientos intelectuales, ni tampoco una sofisticada elaboración conceptual. Si bien es cierto que esta segunda es necesaria y útil sólo cuando han experimentado el dolor, lo han tomado, lo han aceptado, han profundizado en él, han visto sus mecanismos y han arrojado luz, entonces sí es muy válido utilizar elaborados conceptos par poderlo explicar y comunicar.

El amor, por cierto, va unido al dolor. Como la muerte a la vida, y la vida a la muerte. Como la luz y la sombra, como la noche y el día.

El amor, no es, por cierto, un proceso del pensamiento. ¿Es el amor algo sobre lo que se pueda debatir? ¿Es el amor algo para ser contextualizado, sistematizado, teorizado…?

El amor, está más allá del pensamiento. Y usa el pensamiento para manifestarse, para expresarse.

El amor no es un sentimiento romántico, ni una explosión emocional. Tampoco es una teoría.

El amor está más allá, y a la vez, abarca las emociones, los sentimientos, las fórmulas matemáticas, la teoría, el cerebro, el cuerpo, la vida, las moléculas, las partículas, las células, las relaciones, la vida, la vida, la vida.

El amor no se ha instalado todavía en la conciencia de los hombres.

El amor, como la paz, se les escapa una y otra vez de las manos. A veces se vuelve sinuoso, y otras veces es claro, limpio, sólido.

El amor tiene su propio orden, y cuando ustedes están en desorden, el amor no encuentra un espacio para asentarse en sus vidas, en sus oraciones, en sus actitudes.

El amor es una cualidad esencial del Ser. Es una capacidad esencial del Ser.

Pueden empezar por conocer cuáles son sus propias limitaciones al amor.

¿Qué hace en mí? ¿Qué hago yo para que el amor no encuentre un espacio ancho, profundo en el que asentarse?

En ello interviene completamente el “yo”. Y el “yo” no es para ser anulado, reprimido, evitado, evadido, intelectualizado, teorizado, etc., etc.

El “yo” es un potrillo salvaje que necesita ser domado con amor. Que necesita ser educado con rigor, para que se convierta en un “pura sangre” sobre el que el amor pueda cabalgar eternamente en ustedes.

M.L.



SOBRE EL SENTIDO DE SER MUJER

Permíteme que comparta lo que para mí significa ser mujer.
No voy a describir nada, ni a enumerar características propias de la mujer. Todo eso ya lo sabemos porque es lo que elegimos ser, y es lo que somos.
Solo se trata de recordar, desde el corazón, recordar el sentido de ser mujer. Y "sentido" viene de SENTIR. No de pensar, porque cada vez que me pongo a razonar acabo cayendo en comparar, en juzgar o en competir.
Te propongo compartir desde otro lugar, desde el SENTIR.
Así que haz una respiración profunda, y siente.
Siente tus piernas. Pon tus manos sobre los muslos, como acariciándolos.

Tus piernas son las que te llevan y te dirigen por los caminos que eliges en la vida.
Siente la fuerza de tus piernas, que sostienen todo tu peso, e incluso el de aquellas personas o situaciones con las que cargas. Ellas te permiten avanzar y seguir adelante.
Sobre tus piernas siempre se sienta lo que amas, lo que abrazas, lo que bendices.
Siéntete orgullosa de tus piernas. Agradéceles lo que te permiten avanzar, sostener, expresar.
Esa es la verdadera belleza de tus piernas.
Ahora sube un poco tus manos hasta tu vientre, y permite que tu conciencia se instale en el útero, en ese espacio sagrado capaz de RECIBIR, capaz de gestar y de crear ese milagro de vida a través de la materia, capaz de abrir una puerta dimensional para permitir que otro ser pueda tener una experiencia de vida en esta tierra.
Un vientre que no es un espacio donde atrapar a nadie ni donde quedarse atrapada por nadie, sino un lugar donde dar vida, donde crear, nutrir, proteger y aportar todo lo necesario para que la vida se pueda manifestar, y hacerlo sin tener que morir, sin tener que perder nada, ni renunciar a nada. Doy vida desde mi propia vida, presto mi casa hasta que el otro ser pueda ver el sol con sus propios ojos, hasta que pueda acariciar una flor con sus propias manos.
Gestar, crear milagros de vida, no sólo otros seres, sino todo tipo de proyectos, de sueños, la tierra no es más que otro sueño, y toda mujer es siempre madre, a veces de hijos biológicos, a veces de los amigos, a veces es madre de su esposo, a veces le toca ser madre de sus propios padres.

Siente tu útero poderoso, un cáliz sagrado, tibio y suave, fecundo, y agradécele todo lo que es capaz de soñar, de gestar y de dar luz en tu propia vida y en la de los demás.

Sube tus manos y tu conciencia hasta tu corazón. Siente el latido firme, constante, siente la vida en tu ser. El corazón es el otro polo del cuerpo de la mujer. Ahí se produce el milagro del amor, que es dar. Siente el latido de tu corazón. Y siéntelo en tus manos, porque ellas expresan todo lo que tu ser es. Ellas, tus manos, son capaces de asir, de acariciar, de servir, de sanar cualquier herida, de dar forma a las cosas, ellas son la expresión de tu amor.

Y siente cómo también muchas otras partes de ti son expresión del amor que eres: el canto suave de tu voz en una nana, la calidez de una mirada, incluso esa lágrima que se escapa y que significa ¡todo!, el olor de un perfume o el de las sábanas recién limpias, la casa de fuera que es un reflejo de la casa que yo soy, un jarrón lleno de flores frescas, el remiendo de un pantalón… todo eso es sólo AMOR.

Y ahí está la clave y la grandeza de la mujer, la unión perfecta de las dos polaridades, el círculo sagrado que se cierra sobre tu propio cuerpo. El corazón da y el útero recibe, recibe para poder crear, crea para seguir entregando, seguir expresando el amor. El corazón ama y el vientre agradece. Ese es el equilibrio perfecto. Esa es la belleza de la mujer, del ser capaz de dar la vida, en todos los sentidos, de permitir que crezca en ella, y de entregarla a quienes ama, sin medir, sin razonar, sin condiciones.

Un ser que tanto mirar hacia fuera, se olvidó de mirar su propia belleza, se olvidó de ver el milagro de vida que ella misma es, se olvidó de la grandeza de su propio corazón.

Soy una mujer, tengo el cielo en el vientre y la luz de las estrellas en mi corazón.

Y cuando soy capaz de recordar el Amor que YO SOY, entonces el universo entero cabe en mi, porque el amor es el pegamento que mantiene unida la creación.

Si despierto a ese amor, nada ni nadie puede dañarme, pues ¿quién podría ocultar la luz del sol?

Imagina que tienes delante un espejo y mira tu imagen reflejada en él, ¿qué ves? ¿Puedes ver tu belleza, tu dignidad, tu grandeza? O sigues mirando solo el envoltorio de fuera, sintiéndote limitada, vulnerable, pequeña, fea?

No es limitado un ser que puede hacer milagros en su propia existencia.

No es vulnerable un ser capaz de amar hasta dar la propia vida.

No es frágil quien es capaz de pasar noches en vela cuidando a sus seres queridos sin dejar de hacer eso cotidiano que nadie ve.

No es débil quien abre su casa a lo desconocido y cuida de ello sin saber, sin entender (¡pero es que sí sabe, y sí entiende!).

No es pequeña quien es capaz de saber qué le ocurre a quienes ama sin necesidad de que le digan nada.

Eres un ser grande, capaz de transformar tu propia biología, de crear un océano de protección en tu vientre y dos manantiales de nutrición junto a tu corazón para quien ni siquiera conoces.

“Simplemente porque has venido hasta mi, simplemente porque existes, aún cuando no te he visto antes, aún cuando por un tiempo ni siquiera sabré el aspecto que tienes, aún así te abro mi casa y te amo incondicionalmente, sin importarme mi propio dolor, ni mi sueño acumulado por noches sin dormir, ni tu aspecto, ni lo que elijas vivir, me basta saber que existes. Te doy de lo que YO SOY sin dejar de serlo”

Siente ahora la belleza real de tu cuerpo, que es tan solo la manifestación de la grandeza de tu ser. Y agradécele que te permita expresar eso que eres: una mujer.

--DAYA--

Lecturas recomendadas

  • Practicando el poder del ahora. Eckhart Tolle. Editorial Debolsillo.
  • El poder está dentro de ti. Lousise L. Hay. Editorial Urano.
  • Cuando todo se derrumba. Pema Chodrom. Editorial Gaia.









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